http://picasaweb.google.es/unapatriadapormalvinas/Necochea#
Veteranos aventureros, un quincho que revienta de alegría y rock n roll, mi sobrino Lucas.
jueves, 30 de octubre de 2008
martes, 14 de octubre de 2008
Puntos de vista
Cuando bate el bajón pienso como a los 20 años porqué doblé en esa esquina y no en la otra.
Porqué chupo tanto si después no me la aguanto... Porqué, porqué, porqué.
Ahí es que busco en mi historia y veo que si no fuera apresurado, terco y caliente no hubiera logrado nada de todo lo que hoy me enorgullece.
Nunca hubiésemos arremetido con una valla contra la Casa Rosada aquel 16 de diciembre.
Ni burlado la zona de exclusión. Ni le hubiese cantado algunas verdades al patilludo. Ni.. ni, ni.
Tenía un llantazo con un shimmy dominable en alta.
Toqué el freno y todo el mundo se corrió hacia la izquierda. Mal. Yo al hospital, ella al taller.
La venda de la mano ya me saqué y el pecho me duele cuando toso o cuando me río. Siempre me río.
Recién, un llamado a Buenos Aires, la pieza está, es accesible y además se puede soldar.
Vuelvo a mi centro. ¿Alguna vez lo tuve?
Cuando me preguntan, no para la prensa, sino para nosotros, cuántos botes hay para ir a Malvinas digo: uno, seguro. Yo voy.
Como aquella vez que con tinta china me dibujaba las islas en el brazo y le explicaba a mis compañeros de viaje, que me las grababa en la piel con esa mezcla de tinta china y sangre, para obligarme a seguir. Para no poder decir que por esto o por aquello no dio cierto. Y todavía no conocía a Cecilia Mirelles. Y tampoco había pasado una noche haciéndole el aguante a los que quedaron de guardia. Un mate, un chamamé, una tonada... No nos olvidamos, no renunciamos, no perdonamos.
Me acuerdo de aquella noche en Le Corto, cuando nos bebimos la vida y la noche con el jefe de los infantes de marina franceses que al otro día salían para Irak.
Hoy, el que parte soy yo.
Porqué chupo tanto si después no me la aguanto... Porqué, porqué, porqué.
Ahí es que busco en mi historia y veo que si no fuera apresurado, terco y caliente no hubiera logrado nada de todo lo que hoy me enorgullece.
Nunca hubiésemos arremetido con una valla contra la Casa Rosada aquel 16 de diciembre.
Ni burlado la zona de exclusión. Ni le hubiese cantado algunas verdades al patilludo. Ni.. ni, ni.
Tenía un llantazo con un shimmy dominable en alta.
Toqué el freno y todo el mundo se corrió hacia la izquierda. Mal. Yo al hospital, ella al taller.
La venda de la mano ya me saqué y el pecho me duele cuando toso o cuando me río. Siempre me río.
Recién, un llamado a Buenos Aires, la pieza está, es accesible y además se puede soldar.
Vuelvo a mi centro. ¿Alguna vez lo tuve?
Cuando me preguntan, no para la prensa, sino para nosotros, cuántos botes hay para ir a Malvinas digo: uno, seguro. Yo voy.
Como aquella vez que con tinta china me dibujaba las islas en el brazo y le explicaba a mis compañeros de viaje, que me las grababa en la piel con esa mezcla de tinta china y sangre, para obligarme a seguir. Para no poder decir que por esto o por aquello no dio cierto. Y todavía no conocía a Cecilia Mirelles. Y tampoco había pasado una noche haciéndole el aguante a los que quedaron de guardia. Un mate, un chamamé, una tonada... No nos olvidamos, no renunciamos, no perdonamos.
Me acuerdo de aquella noche en Le Corto, cuando nos bebimos la vida y la noche con el jefe de los infantes de marina franceses que al otro día salían para Irak.
Hoy, el que parte soy yo.
sábado, 11 de octubre de 2008
La Santa Cruz pagana
Quedó atrás. No fue fácil. Inglaterra muestra sus mañas. Nosotros las tenemos. Inglaterra mueve influencias y sobornos. No tenemos miedo ni precio. Inglaterra se disfraza con piel de pingüino. No hacemos diferencia entre el disfraz y la raposa, como tampoco nos preocupamos por los kelpers. Tal vez tengamos en la sangre algo de la Reconquista y la Defensa. De Obligado. En el último reportaje el periodista cerró diciendo: El 14 de junio terminó una de las batallas la guerra de Malvinas. Esto del raid es el comienzo de otra!
Le arrancamos un bote en cada ciudad. Decenas de voluntarios. Cientos de ilusiones. Miles flores como escuelas de pensamiento.
Iba para el cyber en Caleta y me crucé con otra mil cien, con escape libre, rumbo al encuentro de Puerto Madryn. Se me erizó la piel. Los ojos se me llenaron de lágrimas cuando Legui me mandó el reporte de los chicos banderilleros de soja en el norte de Santa Fé. Solo la campaña me devuelve la alegría. No la esperanza que es la disculpa de los débiles. La voluntad de combatir.
En un puesto cuyo nombre no recuerdo, compré de nuevo una pinza navaja de acero inoxidable. La última, la había dejado hace dos años en un calabozo de una ciudad que tampoco recuerdo, en el estado de Pernambuco. ¿Delmiro Gobea? Si por descuido del cacheo había entrado conmigo, no era justo que saliese. Salí rengo.. como entré. Venía de saltar techos. Peleaba una guerra que no era mía. Esta es.
http://picasaweb.google.es/unapatriadapormalvinas/CaletaComodoroTrelew#
Le arrancamos un bote en cada ciudad. Decenas de voluntarios. Cientos de ilusiones. Miles flores como escuelas de pensamiento.
Iba para el cyber en Caleta y me crucé con otra mil cien, con escape libre, rumbo al encuentro de Puerto Madryn. Se me erizó la piel. Los ojos se me llenaron de lágrimas cuando Legui me mandó el reporte de los chicos banderilleros de soja en el norte de Santa Fé. Solo la campaña me devuelve la alegría. No la esperanza que es la disculpa de los débiles. La voluntad de combatir.
En un puesto cuyo nombre no recuerdo, compré de nuevo una pinza navaja de acero inoxidable. La última, la había dejado hace dos años en un calabozo de una ciudad que tampoco recuerdo, en el estado de Pernambuco. ¿Delmiro Gobea? Si por descuido del cacheo había entrado conmigo, no era justo que saliese. Salí rengo.. como entré. Venía de saltar techos. Peleaba una guerra que no era mía. Esta es.
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jueves, 9 de octubre de 2008
Por el país del viento
Era el aguafuerte de Roberto Arlt. No podría ser acuarela ni acrílico. La ruta se termina, la piedra y el polvo no se acaban. Sobrevivimos a un reventón, era la llanta, deformada por un golpe inadvertido entre tantos. Los pibes de la gomería en Fitz Roy la enderezaron a mazazos. No cobraron por eso ni por el faso compartido antes de volver al camino. Todo es energía de la nueva y de la vieja. El tren es un recuerdo. Malvina ya no es Soledad. Es presente.
http://picasaweb.google.es/unapatriadapormalvinas/DeseadoLasHerasCaletaOlivia#
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