sábado, 12 de febrero de 2011

El chabón en la piecita del fondo


Si por poner un ejemplo, alguien se estuviera manducando a tu mina en la piecita del fondo.

Un ejemplo, nada en particular con la mina de ninguno, ni siquiera es una mina virtual. Es un ejemplo.
Ahi el chabón se imagina, porque lo vio pasar, porque no lo quiso dejar entrar, porque el chabón se instaló a la fuerza. Y la mina va porque le gusta. La plata, la pierna. Le va como le van las petroleras y las mineras a nuestros gobiernos. Como les va la deuda...
Y a vos te convence de que no.
Que no es tu fondo, ni es tuya la mina, ni es el chabón al que vos viste, el que está usurpando tu tierra y tu sangre.
Si fuera en el fondo de tu casa, no estaríamos yendo de la cama de los judíos al living de los españoles etcétera.
Si fuera en tu casa ya lo hubieras resuelto.
Con la denuncia primero, como haría la mayoría, como corresponde.
Entró de prepo. A los tiros.
Y la mina no se te hubiera ido a divertirse con él.
Con esto de la libre sexualidad, hay cada vez más chabones que así con esa negrura te vienen a confesar que se hicieron putos porque el hermanito los obligaba a chuparles la pija.

Y un montón más que se lo creen, que es como si lo fueran.
Andaa..

viernes, 4 de febrero de 2011

¡Huy!... Se cayó…





Se cayó, de caerse, y se calló, de callarse. Se fue a la mierda, porque era una mierda.

Pero lo más importante, no es que haya caído, es que haya callado. Ya no grita loas a los asesinos del pueblo de la Patria. Ya no está ahí, impune.

Nada quedó de él. Se derrumbó en un segundo, como si el peso de la historia le hubiese caído de repente, sobre su grotesca figura.

Se cayó, estallando contra el piso, y no alcanzaron los fragmentos, para saldar la deuda.

Se calló, para siempre. Dejó de ocupar el lugar que le había robado a Evita. Ahí, sobre ese pié, estaba su figura.

Se calló, estoy segura que le dibujó una sonrisa a Susanita, para contrastar sus enormes ojos grises, cargados de tristeza.

Se calló, y mi abuelo me palmeó la espalda, en el mismo instante en que el ¡Viva a Perón! Se asomó a nuestras gargantas.

Se calló, para dar espacio a los gritos de victoria, de un pueblo dispuesto a hacer tronar el escarmiento.

Se calló, y los Comando Celestiales, nos guiñaron un ojo, haciendo juego de luces con las estrellas del cielo salliquelense.

Se calló para siempre. Quedarán los ecos, sostenidos por los que nunca entenderán, porque no saben lo que se siente, cuando cada uno es el otro.

Se calló, y me regaló la certeza, de saber que no estoy sola. Que puedo caer, y un brazo compañero, va a estar para sostenerme. La certeza de que puedo sostener a un compañero, y no flaquear. La certeza, la convicción plena, de saber que no se está solo, en este camino.

A mis compañeros, a todos, los que estuvieron ahí, los que nos brindaron su apoyo, los que rezaron, los que se preocuparon, los que agradecieron, los que se emocionaron; mi eterno agradecimiento.

A los que nos calificaron de vándalos, les sugiero que revisen el diccionario, y la historia… Nunca será lo mismo tener las manos manchadas de sangre, que de cemento…










Natalia Jaureguizahar