martes, 28 de julio de 2009

NAVEGAR

A Toni López, valiente capitán

"Navegar es necesario,
vivir no es necesario"
proverbio vikingo
A lo mejor vivir es navegar y navegar es eso; vivir.
Andar sobre las aguas como se flota sobre el tiempo, sortear las malas rachas, seguir las estrellas como si fuese ideas, tratar con el viento como se trata con la suerte, fijar un rumbo y que Dios disponga, llegar a puerto como quien alcanza un sueño y volver a embarcarse porque navegar es eso: vivir.
Capear los temporales con el cuerpo listo, la mente alerta y el corazón entregado. Flotar entre rayos, truenos, cicatrices de fuego, sin más esperanza que esperar en la corriente del destino y vivo en medio de la vida porque vivir es eso; navegar.
Las olas como viento, agarrado de nada y a merced de todo, mitad hombre y mitad barco, carne y madera noble y fatal y vivo en medio de la vida porque vivir es eso, navegar.
Navegar con la certeza de que el sol volverá a salir y recibirlo como se recibe a un amigo cálido y alegre. Caminar sobre las aguas como si uno fuese el hijo del hombre, no más ni menos, el animal divino entre gaviotas y peces y el horizonte alrededor redondo como la Tierra, y uno ahí, en el centro exacto de las cosas y el cosmos, con la Cruz del Sur en el sur, el Norte en el norte, los vientos en orden, las velas hinchadas, calma la mar como un amor perfecto y sobria la vida porque vivir es eso; navegar.
Esperar la luna como se espera una amante, izar las velas como se levantan ilusiones y mirar a las nubes de costado como si fuesen extraños que fuman por la casa. A lo mejor vivir es eso; entender para siempre que uno es uno y lo demás, que el viento es un combustible, que estorban los cabos sueltos, que sólo sobre cubierta se habla con no como cuando se habla con el alma, que el miedo y el coraje son cosas que ocurren como ocurren los días y las noches y que así se navega porque navegar es eso; vivir.
Vivir entre calmas y tempestades, festejar los vientos francos, dar gracias por la gracia de una mañana nueva, temblar entre huracanes como palmera salvajes, meditar como monjes, trabajar como labriegos, reír como piratas y dormir como criaturas recientes, frescas al amanecer y sabias cuando la noche, en medio de todo y como parte del resto, como si navegar fuese algo humano, inevitable, necesario. Algo así como vivir.
DANIEL ARES
Texto inédito, (Escrito para la revista Serendip, que nunca apareció, en agosto de 1990)

domingo, 12 de julio de 2009

jueves, 2 de julio de 2009

Bitácora

Mar del Plata, 2 de Julio. Ya amarinamos e hicimos mercado. Salimos mañana viernes para Piriápolis o Punta, lo que de. Y luego nos mandamos al norte. Conocí a Roberto, de San Martín de los Andes, lugar en que alguna vez, hace 51 años, me dieron por nacido. Un tipo de 10. A los demás ya los conocía de antes. Con Javier no navegábamos juntos desde aquel viaje a Malvinas en el 89. En la cena, reducida por compromisos familiares, fuimos cuatro y nos bajamos tres tubos. Entre ellos una rarísima cepa chilena, Carmenere.
El plan de navegar en Río más vigente que nunca. Abordo hay lunetas, sonorkels, ganas.