martes, 22 de julio de 2008

Con toda la mar detrás

Desde que pase la frontera me pararon seis veces… en una, cuando le quise dar los papeles, el gendarme me dijo: no, no me muestres nada, te quería preguntar sobre la moto!
La milcien no conoce Buenos Aires, pero acelera la marcha como un caballito de paseo cerca del corral.
Aumentan las rpm y aumenta el consumo.
En mi viaje vietcong, en mi ruta HoChiMin no llegué a comer arroz.
Y mi cañón, es mi palabra, lo que no quiere decir que mis dos manos, las mismas de matar, no puedan empuñar una maquina de hacer justicia.
Quiero llegar a Concordia, a la casa de mi tía Beba y mis primos.
Yapeyù, dice el cartel.
El cuatro cilindros limpio con la cagada a palos, brama grave y parejito.
Veo la casa.
Compro un vino tinto.
Y me tomo un vino con San Martín!
De ahí a Paso de los Libres, no son 4 o 5 mil.. es al tope del cable de acelerador.
Con todo el peso en las pedaleras.
El culo no se apoya en el asiento, lambando de uno a otro lado, lambando en las curvas, de noche, rumbo a casa.
La milcien vuelve a amanecer pinchada y sin arranque.
No voy a hacer mecánica en Libres.
Lleno el tanque y salgo para Concordia.
La cinta de asfalto brilla, el escape ruge como un puma.
Me acuerdo de la muerte, y me acuerdo de un camino como este en La Zona.
Me acuerdo de mi cruce del Atlántico y me murmura al oído Patxi Andino.
En la última blitz, me saco el casco, el policía entrerriano me dice: como le va.. y contesto cagàndome de frío… y me el invitó a tomar un café en el módulo!

http://www.youtube.com/watch?v=zKl4sWiuK_w&mode=related&search=

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