No va a ser fácil hacerle entender a los que se quedaron en el odio y la revancha, que no la Argentina que queríamos, la que tuvimos, quedó tan lejos, que vamos a hacer falta todos. O casi todos.
Cuando el senador vitalicio empezó la entrega algunos lo puteamos. Otros, muchos más, se quedaron.
Confieso sin culpa que no solo me fui del pj y de la acción política. Me fui de la Argentina.
Me emocionan los jóvenes compañeros. Tantos, tan jóvenes, 20 añitos, estudian, investigan, publican.
Leen a Perón.
Hoy que toda la izquierda argentina es guevarista (en el 70 solo el prt era guevarista, el pc venía de entregar a guevara en bolivia) y los kirchneristas van con la nostalgia al hombro de los soldados de perón, estos jóvenes me recuerdan que fue el 63 por ciento del pueblo argentino el que votó por Perón Perón.
Y que a ese gobierno lo derribaron los milicos, inglaterra y el fmi echándole la culpa a los terroristas y a la torpeza de Isabelita y hoy nos ocupa inglaterra y el fmi que siguen echándole la culpa a los milicos y hasta a Menem, a veces, pero se han comprometido a que sea senador hasta que la muerte lo convierta en santo.
Y nos quieren hacer creer que Videla se merecía en algo a Larrabure.
Que la derrota militar en Malvinas no comenzó en Tucumán.
Como que De la Colina y los hermanitos Juliá y el brigadier Capellini se parecen en algo.
Que los gusanos de Bahía Cochinos acá se llamaron hiper. Y lock out patronal. Y desabastecimiento. Y bloqueo económico internacional. Y salvajes huelgas clasistas. Y la burocracia sindical.
Que la recuperación de todos los canales de televisión y la nacionalización de las bocas de expendio fue algo así como seisieteocho y el nueve y que mi amigo compró repsol y además se quedó con las acciones que eran de la gente.
Que Massera y Busser y Urien y Giachino llevaban en la gorra luto por Nelson.
Que no es nuestro el subsuelo, que los que protestan mueren y desaparecen.
Que protestan...
Isabelita protestaba.
Sabemos que no son muchos 35 años si con Perón vivo nos costó 18 volver.
Volver a aquello de que en la Argentina hay una sola clase de hombres, los que trabajan.
Y que así como Perón se tragó tantos sapos, ahora nos toca a nosotros.
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domingo, 30 de enero de 2011
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